lunes, 21 de junio de 2021

 

XIII DOMINGO ORDINARIO (CICLO B)

Las lecturas de este domingo son un canto a la vida y nos presentan a Dios apasionado por la vida y a Jesús como el Señor de la vida.

La 1ª lectura del libro de la Sabiduría nos explica el origen de la muerte.  Dios creó al hombre inmortal, la muerte es una consecuencia del pecado, y “de la envidia del diablo”, no de Dios.

Demasiadas veces oímos decir que hemos nacido para morir. Y no es verdad. Hemos nacido para vivir en plenitud. Dios ha hecho al hombre y la mujer para que vivan de verdad. Para que superen, incluso el mal trago de la muerte, como un episodio pasajero. 

Si vivimos con Dios y para Dios, la muerte física es sólo un paso más para la eternidad, para vivir para siempre en el infinito gozo y felicidad de la vida con Dios y en Dios.  Y esa felicidad será eterna: para siempre.

La 2ª lectura de san Pablo a los Corintios nos habla de solidaridad.

San Pablo organiza una colecta a favor de los cristianos de Jerusalén que se encontraban pasando escasez debido a las malas cosechas en el año anterior, “año sabático”, en que los judíos no sembraban, pues debían dejar descansar la tierra.

Los que tienen más medios económicos deben ayudar a los que menos tienen.  Y los que no tienen, algún día podrán ayudar a los que ahora si tienen.  Sin duda esto puede ser interpretado como aquel dicho popular: “hoy por ti, mañana por mí”.  Cuando compartimos con los que menos tienen, estamos enriqueciendo con gracias espirituales a los que sí tienen.  La solidaridad enriquece espiritualmente al que da, porque de esa manera “guarda un tesoro para el cielo”

Y para estimular a los Corintios y a nosotros a ser generosos, San Pablo nos recuerda cómo Cristo, “siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza”. 

El Evangelio de san Marcos nos presenta a Jesús curando a una niña y a una mujer.

En tiempo de Jesús, las mujeres eran uno de los grupos sociales más olvidados, más despreciados de la sociedad judía.  Jesús rompe con esos condicionamientos sociales y le devuelve la salud, la dignidad, el gozo de vivir a esta mujer y a esta niña.

Es cierto que en nuestra sociedad se va despertando una sensibilidad colectiva sobre el derecho de las mujeres a realizar su vida con plena dignidad, también somos más conscientes de las injusticias, la violencia, y las agresiones que la mujer padece. La violencia de género sigue siendo una de las vergüenzas de nuestra sociedad.

Somos aún poco conscientes del sufrimiento oculto y de la tragedia de tantas mujeres frustradas en su ser más íntimo. Mujeres perdidas, olvidadas en el anonimato de los hogares y de las labores caseras cuya dedicación y entrega apenas se valora.

A muchas mujeres se les paga un menor salario que a los hombres y padecen tantas injusticias que ni las leyes civiles contemplan esos atropellos contra la dignidad de la mujer.

No digamos la manipulación de la publicidad que utiliza a la mujer como mero objeto de placer y como un símbolo sexual y cómo fomentan los medios de comunicación este tipo de publicidad.

Cuantos países fundamentalistas someten a la mujer a duros maltratos con matrimonios forzados, y ropas que tapan por completo el rostro de la mujer.  Hay países donde a la mujer infiel se la lapida.

Aún hoy existen la explotación de la mujer mediante la prostitución y el turismo sexual.

En el mundo de hoy, las grandes conquistas que han conseguido las mujeres han sido porque ellas se han arriesgado, las han exigido, las han conquistado a veces con riesgos hasta de su vida, la historia lo atestigua. Es así nuestro mundo y es así el egoísmo de quienes se sienten protegidos por unas leyes que discriminan a la mujer.

Jesús alaba el coraje de esta mujer que se acerca a Él y pide su curación, y alaba a este padre preocupado por la salud de su hija.  Jesús alaba a toda persona que trabaje por la dignidad de todos los seres humanos, por la igualdad del hombre y de la mujer.

Nuestro deber es defender, ayudar a que todo ser humano tenga una vida digna.  Esto es lo que Jesús nos recuerda hoy con estas curaciones a estas dos mujeres.