lunes, 18 de mayo de 2020


LA ASCENSION DEL SEÑOR 
(CICLO A)

Celebramos hoy la fiesta de la Ascensión del Señor a los cielos.  Jesús se va al cielo y ahora es nuestro turno. Nosotros tenemos que llevar a cabo la misión de Jesús; nosotros tenemos que continuar el trabajo que Jesús comenzó: Anunciar la Buena Noticia a los hombres y ser testigos del amor de Dios.

La 1ª lectura, del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos ha contado el episodio de la Ascensión del Señor a los cielos.  

La Ascensión de Jesús nos recuerda que al subir al cielo, Él nos encargó continuar haciendo realidad su proyecto liberador en medio de los hombres de nuestro tiempo.  

Desde que Jesús sube al cielo hasta que vuelva de nuevo, no podemos quedarnos sin hacer nada, “mirando al cielo” sino que hemos de ser continuadores de su proyecto de liberación del ser humano. 

Hemos de sembrar el evangelio en el mundo.  Como cristianos hemos de comprometernos con la transformación de este mundo.  Hay que estar atentos a los problemas y a las angustias de los hombres.  Hemos de ser solidarios con todos los hombres, especialmente con los que sufren.  No podemos vivir pasivamente ante los problemas de este mundo, sino que como cristianos hemos de involucrarnos y aportar, desde el evangelio, soluciones para construir un mundo más humano y solidario.

La 2ª lectura, de San Pablo a los Efesios, nos dice que nuestra misión es hacer presente el evangelio en el mundo.

En nuestro caminar por el mundo, conviene que tengamos muy presente “la esperanza a la que hemos sido llamados”.  Hemos sido llamados a resucitar con el Señor y a subir al cielo.  Con esta esperanza hemos de afrontar, llenos de la fuerza que nos da el Espíritu Santo, las dificultades pero para ello es necesario que vivamos en comunión total con Jesús y en solidaridad total con nuestros hermanos. 

Tenemos la obligación de dar testimonio de Cristo, de hacerlo presente en el mundo, de llevar a plenitud su proyecto liberador que Él comenzó a favor de los hombres.  Esta es nuestra tarea antes de subir con Él, un día, al cielo.

En el Evangelio de san Mateo, Jesús, antes de subir al cielo le dice a sus discípulos: “yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos”.  Jesús se manifiesta con todo poder como el Señor, como el triunfador de la muerte.  Y Jesús antes de subir al cielo les da una misión a sus apóstoles: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos”.  

Los discípulos de Jesús tienen 2 obligaciones: bautizar y enseñar.  Los discípulos no van a estar solos en este trabajo, porque Jesús les dice: “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos”.

La Ascensión no es ausencia de Jesús, sino que se inicia el comienzo de una presencia en un modo distinto.

Los hombres, aunque nuestra meta sea el cielo, debemos de contribuir a hacer un mundo más justo y más humano.  Tenemos que hacer presente el Reino de Dios en nuestros días y en nuestro mundo.

Hoy es la fiesta del compromiso y la esperanza.  El compromiso de hacer presente el Reino de Dios entre nosotros.  Hay que hacer el bien, con nuestras limitaciones, pero hemos de hacer el bien.

San Juan Pablo II decía: “No seremos cristianos verdaderos si nuestra vida no está comprometida en hacer el bien”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario