LA
ASCENSION DEL SEÑOR
(CICLO A)
Celebramos hoy la
fiesta de la Ascensión del Señor a los cielos. Jesús se va al
cielo y ahora es nuestro turno. Nosotros tenemos que llevar a cabo la misión de
Jesús; nosotros tenemos que continuar el trabajo que Jesús comenzó: Anunciar
la Buena Noticia a los hombres y ser testigos del amor de Dios.
La 1ª lectura, del
libro de los Hechos de los Apóstoles, nos ha contado el episodio de la
Ascensión del Señor a los cielos.
La Ascensión de Jesús
nos recuerda que al subir al cielo, Él nos encargó continuar haciendo realidad
su proyecto liberador en medio de los hombres de nuestro tiempo.
Desde que Jesús sube
al cielo hasta que vuelva de nuevo, no podemos quedarnos sin hacer nada, “mirando
al cielo” sino que hemos de ser continuadores de su proyecto de liberación
del ser humano.
Hemos de sembrar el
evangelio en el mundo. Como cristianos hemos de comprometernos con la
transformación de este mundo. Hay que estar atentos a los problemas y
a las angustias de los hombres. Hemos de ser solidarios con todos los
hombres, especialmente con los que sufren. No podemos vivir
pasivamente ante los problemas de este mundo, sino que como cristianos
hemos de involucrarnos y aportar, desde el evangelio, soluciones para construir
un mundo más humano y solidario.
La 2ª lectura, de San
Pablo a los Efesios, nos dice que nuestra misión es hacer presente el evangelio en el mundo.
En nuestro caminar
por el mundo, conviene que tengamos muy presente “la esperanza a la que
hemos sido llamados”. Hemos sido llamados a resucitar con el Señor y
a subir al cielo. Con esta esperanza hemos de afrontar, llenos de la
fuerza que nos da el Espíritu Santo, las dificultades pero para ello es
necesario que vivamos en comunión total con Jesús y en solidaridad total con
nuestros hermanos.
Tenemos la obligación
de dar testimonio de Cristo, de hacerlo presente en el mundo, de llevar a
plenitud su proyecto liberador que Él comenzó a favor de los hombres.
Esta es nuestra tarea antes de subir con Él, un día, al cielo.
En el Evangelio de
san Mateo, Jesús, antes de subir al cielo le dice a sus discípulos: “yo estoy
con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos”. Jesús se
manifiesta con todo poder como el Señor, como el triunfador de la muerte.
Y Jesús antes de subir al cielo les da una misión a sus apóstoles: “Id,
pues, y haced discípulos a todos los pueblos”.
Los discípulos de
Jesús tienen 2 obligaciones: bautizar y enseñar. Los
discípulos no van a estar solos en este trabajo, porque Jesús les dice: “Y
sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos”.
La Ascensión no es
ausencia de Jesús, sino que se inicia el comienzo de una presencia en un modo
distinto.
Los hombres, aunque
nuestra meta sea el cielo, debemos de contribuir a hacer un mundo más justo y
más humano. Tenemos que hacer presente el Reino de Dios en nuestros días
y en nuestro mundo.
Hoy es la fiesta del compromiso
y la esperanza. El compromiso de hacer presente el Reino de Dios
entre nosotros. Hay que hacer el bien, con nuestras limitaciones, pero
hemos de hacer el bien.
San Juan Pablo II decía: “No seremos
cristianos verdaderos si nuestra vida no está comprometida en hacer el bien”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario