MONICIONES PARA
EL V DOMINGO ORDINARIO (CICLO B)
MONICION DE ENTRADA:
Jesús, en los comienzos de su predicación, crea a su alrededor un clima
de alegría, de esperanza, de entusiasmo.
En aquel país deprimido, entre aquella gente marcada por el descontento
y por la tristeza, enciende una luz nueva: curando enfermos, anunciando el
Reino de Dios, transmite nuevo impulso y nuevas ansias de vida.
Que nuestro encuentro dominical sea también hoy un encuentro con ese
Jesús que nos llama a seguir adelante a pesar de nuestras dificultades y
tristezas.
MONICION A LA PRIMERA LECTURA:
¿Qué es la vida? ¿Merece la pena
vivirla? Probablemente muchas veces nos
sentimos agobiados, desconcertados. Y esa
experiencia no es sólo nuestra: es una experiencia común entre los
hombres. Escuchémoslo en las palabras de
un hombre del Antiguo Testamento.
MONICION A LA SEGUNDA LECTURA:
¿Cuál es la misión del apóstol?
¿Cómo se planteaban su misión los primeros seguidores de
Jesucristo? Escuchémoslo en las palabras
de san Pablo.
ANTES DEL ALELUYA:
Cristo nos lo presenta san Marcos como el médico que sana las dolencias
de todo tipo del género humano. Es por tanto la respuesta de Dios al mal que
padece la humanidad. Cura las enfermedades
del cuerpo y del alma, como las que tenemos nosotros también en nuestra
generación.
Oración universal: Jesús
vino para curar las enfermedades y las tristezas de los hombres. Sintiéndonos solidarios de los anhelos de
nuestro mundo, presentemos al Padre nuestra oración.
Responderán diciendo: Escúchanos,
Padre nuestro.
1. -Para que
entre nosotros todos los hombres y mujeres crezca el amor y la
solidaridad. Oremos.
2. -Para que
los países ricos dejen su egoísmo y responda a la llamada de los pobres. Oremos.
3. -Para que
los que entre nosotros sufren la pobreza, la enfermedad y la soledad reciban la
ayuda de los hermanos. Oremos-
4. -Para que
toda la Iglesia se renueve en su seguimiento de Cristo. Oremos.
5. Para que
las instituciones que en todo el mundo trabajan por vencer el hambre,
especialmente en los países más pobres, tengan nuestra ayuda más generosa. Oremos.
6.
Para
que el Señor, con la intercesión de la Santísima Virgen, sane nuestras
enfermedades, nos fortalezca en la fe, nos revele toda la verdad y su Sabiduría
y así podamos glorificarlo a Él y ayudar a nuestros hermanos. Oremos.
Acoge, Padre, nuestras esperanzas y
anhelos. Que tu Espíritu de amor y
fortaleza renueve el corazón de todos los hombres, para que el mundo entero
reciba la Buena Noticia que vino a realizar entre nosotros tu Hijo, Jesucristo,
nuestro Señor, que vive y reina por los siglos.
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