martes, 6 de febrero de 2018


MONICIONES PARA EL VI DOMINGO ORDINARIO

MONICION DE ENTRADA:

La Iglesia siempre cercana a todos los hombres, trae hoy ante el altar a los que nosotros descartamos; a esos que no les hacemos sitio en nuestras eucaristías, a esos a los que se les impide levantar la voz para que no reclamen justicia. Pero a este egoísmo que llevamos tan dentro se opone a la lógica de Jesús que no le dice al leproso: ten paciencia, aguanta un poco, debes aceptar, soporta la situación. Le responde sin rodeos: “Quiero, queda limpio”. Después de ver este hecho ¿Qué diremos hoy a estos que nos tienden la mano? ¿Somos conscientes de que los bienes de la tierra son de todos?. El Señor, siempre paciente, espera la respuesta.

 MONICION A LA PRIMERA LECTURA:

El Levítico da una serie de normas para aquellos que, de una u otra forma, contraigan una impureza legal.   El que contrajera alguna de esas dolencias, en su mayoría contagiosas, tenía que ser presentado al sacerdote para que viese si realmente existía aquella enfermedad y, en su caso, tomar una serie de medidas de tipo terapéutico y preventivo. De ese modo se evitaba, dentro de lo posible, que la enfermedad se extendiera.

MONICION A LA SEGUNDA LECTURA:

Pablo orienta a los cristianos de Corinto para que procedan en la cuestión de los alimentos conforme a su recta conciencia, buscando la gloria de Dios y la edificación de la Iglesia. 
 
ANTES DEL ALELUYA:

Otro leproso aparece de nuevo en las páginas bíblicas, donde se recoge la vida misma, tan llena a menudo de dolor y de calamidades Un leproso que acude confiado y audaz a Jesús, que tanto poder tiene y tanta compasión muestra ante las penas del hombre. Y el Señor atiende su petición y lo cura.

Oración Universal: Imploremos hermanos, al Dios de misericordia y pidámosle su ayuda para poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden.

Responderán diciendo: Escúchanos, Padre.

 -Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de la Santa Iglesia y por la unión de todos los hombres.  Oremos.

-Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida feliz y pacífica.  Oremos.

-Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas y por el progreso del mundo.  Oremos.

-Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno.  Oremos.

-Por los débiles que se ven oprimidos y por los justos que sufren persecución.  Oremos.

-Por la Iglesia, para que, atenta a las necesidades de los que más sufren, sea la voz de los sin voz, la denuncia de todo lo injusto que deshumaniza a las personas. Oremos.

Padre de todos, con humildad te dirigimos estas oraciones.  Realiza esto que esperamos y danos valentía para comprometernos en lo mismo que te hemos pedido.  Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

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