TODOS LOS SANTOS (CICLO A)
Hoy le damos gracias a Dios por todos esos santos. Por todas esas personas de nuestra raza, de nuestra familia, hijos de esta tierra. Porque ellos son nuestra familia del cielo, con los que nos sentimos en comunión. Por eso decimos en el Credo: “Creo en la comunión de los Santos”.
Todos
estamos llamados a ser santos.
Ser santos no es ser gente extraordinaria. Todos esos santos que hoy celebramos nos
enseñan que seguir a Cristo es posible, y que eso es la santidad. Creyeron en el Evangelio y lo cumplieron y lo
vivieron.
Los santos son aquello
que han comprendido, y vivido, que la
felicidad se encontraba en el camino de Jesús, que es el camino de las
bienaventuranzas. Las
bienaventuranzas son el camino para alcanzar la felicidad en este mundo y
alcanzar la santidad para el cielo.
Quizás nos preguntemos:
¿y yo, cómo puedo llegar a ser santo?
¿Cómo puedo llegar a ser feliz?
La palabra de Dios que
hemos escuchado nos ha ofrecido la respuesta a estas preguntas, nos ha dicho
cómo vivir aquí y alcanzar la felicidad en la vida con Dios después de la
muerte.
El primer sermón que
pronunció Jesús, las primera palabras que nos comunica son: Felices, dichosos, santos son los que
practican la justicia. Si practicamos
la justicia seremos pobres, porque no podremos enriquecernos a costa de otras
personas, ni adorar al ídolo del dinero o del poder; lloraremos, amaremos a los
que sufren, seremos perseguidos, porque practicar la justicia nos hará pensar
en los injustamente tratados; nos quitarán nuestras seguridades y además nos
perseguirán y tendremos que enfrentarnos a una sociedad que vive con otros
valores.
Este es el camino de
Jesús y éste es el camino que Él nos propone para ser santos: tener un corazón justo para poder ser pobre
y misericordioso con todos.
Puede ser que a
nosotros estas palabras del Señor nos resulten difíciles, nos den miedo porque
pensamos que la felicidad está en gozar, en pasárselo bien, en ser más que los
demás, en no preocuparnos por los que lo pasan mal o sufren necesidades.
Nuestro problema
consiste en que la sociedad actual nos programa para buscar la felicidad por
caminos equivocados que al final nos llevan a vivir de manera desdichada. Nuestra sociedad nos dice: “si no tienes éxito, no vales”
Una persona que sólo
busca el éxito difícilmente será feliz.
Necesitará tener éxito en todas sus pequeñas o grandes empresas. Cuando fracase en algo, sufrirá muchísimo. Será una
persona agresiva contra la sociedad y contra la misma vida. Esa persona no será capaz de descubrir que
vale por si misma, por lo que es, no por sus éxitos o logros personales.
Nuestra sociedad nos
dice también: “si quieres tener éxito,
has de valer más que los demás”. Hay
que ser siempre más que los otros, sobresalir, dominar a los demás. Una persona así está llamada a sufrir. Vivirá siempre envidiando a los que han
tenido éxito, a los que tienen un mejor nivel de vida, a los que tienen una
mejor posición en la vida. Una persona
así no sabrá disfrutar lo que es y lo que tiene, y por supuesto no será feliz.
No podemos lograr la
felicidad de cualquier manera. Tampoco podemos comprar la felicidad. Con dinero sólo podemos comprar apariencia de
felicidad.
La fiesta de Todos los
Santos nos recuerda que hay otro camino de felicidad. Ser cristiano es buscar la verdadera
felicidad como lo hicieron esos santos “nuestros”
cercanos a nuestra vida. Ellos nos
demuestran que es posible vivir esa felicidad que nos dice Jesús hoy. Una felicidad que comienza aquí, y alcanza su
plenitud en el encuentro final con Dios en el cielo.
En esta fiesta de Todos
los Santos, el Señor nos invita a que seamos auténticos hijos de Dios, cada
quien desde su propia vocación, desde sus propios carismas, tenemos que buscar
la santidad. Tenemos que vivir como
hijos del mismo Padre, como hermanos de quienes nos rodean, especialmente de
los más necesitados, sin esto no hay
santidad.
No olvidemos que cada
uno de nosotros somos llamado a alcanzar el camino de la felicidad y de la
santidad porque a esto es a lo que nos llama y nos invita el Señor al celebrar
esta fiesta de Todos los Santos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario