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martes, 22 de mayo de 2018


LA SANTISIMA TRINIDAD (CICLO B)

 

Celebramos hoy el domingo de la Santísima Trinidad. Un misterio central del cristianismo. Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es Uno y, al mismo tiempo, Tres. Un misterio que quizá es difícil de entender y de explicar, pues no podemos concebir cómo se puede ser al mismo tiempo uno y tres. Hay una sola naturaleza divina y tres personas con esa naturaleza divina. Un solo Dios verdadero y tres personas.

En la 1ª lectura del libro del Deuteronomio, Dios se revela como el Dios que viene a nuestro encuentro, que nos habla, que nos indica el camino seguro para alcanzar la libertad y la vida; se revela como el Dios que está atento a nuestros problemas.

A veces, en nuestra vida, nos sentimos solos y sin saber qué hacer, tenemos dudas, miserias y problemas.  Ante todo esto tenemos que estar seguros que Dios es y será siempre para nosotros una luz de esperanza que ilumina nuestro camino y que nos permite afrontar nuestros problemas con paz y serenidad.

¿En quién y en qué ponemos nuestra esperanza? ¿En esos dioses que tantas veces nos atraen (el dinero, el poder, la fama, el reconocimiento social, la moda...), que tantas veces atraen nuestra atención y que no son, verdaderamente, garantía de vida y de felicidad? ¿Esos dioses nos traen libertad y esperanza o esclavitud?

La 2ª lectura de san Pablo a los Romanos, nos muestra una vez más que Dios no es un Dios distante e inaccesible.  Hay ocasiones en nuestra vida que buscamos a Dios y pareciera que no conseguimos descubrir su presencia, pues incluso en esos momentos, es preciso no olvidarnos que Dios nunca abandona a sus hijos que ninguno de nosotros le somos indiferente.

El evangelio de san Mateo, aparece la fórmula trinitaria de nuestro bautismo.  Fuimos bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Pero ¿qué significa el misterio de la Santísima Trinidad?  El misterio de la Santísima Trinidad significa que Dios es un Padre que ama, Jesús lo llama Padre, que ama desde siempre y seguirá amando siempre, de Él sólo brota amor.

Dios es Hijo. Jesús se llama el Hijo de Dios, “El Padre y yo somos uno”, Él es el eternamente amado antes de la creación del mundo. Es el Hijo, el que acoge el amor del Padre, es la respuesta eterna a su amor. Jesús nos dice que Dios es amor compartido.

Dios es Espíritu Santo. ”Les enviaré mi Espíritu.” Es el Amor eterno entre el Padre y el Hijo amado. Dios es un misterio de comunión y de amor, un foco de amor insondable. El misterio de Dios es dar y recibir amor.

En esta festividad de la Santísima Trinidad hemos de preguntarnos si de veras creemos en este Dios que es amor, en este Dios que no es un ser solitario sino comunitario, porque a veces, pareciera que no todos creemos en el mismo Dios.
 
El ser humano tiene la tentación de hacerse siempre un dios a la medida de sus intereses y necesidades, y esto lo hemos conocido demasiado a menudo también los cristianos. Un dios que apoya al poder inhumano, un dios que justifica la riqueza de unos pocos, un dios que pide sacrificios, ese dios no es el Dios de Jesús, sino un ídolo.  

Celebrar el Misterio de la Santísima Trinidad es celebrar a un Dios que es cercano, un Dios misericordioso, un Dios que toma la iniciativa para amarnos.

En este Dios que nos describen las lecturas de hoy es en el que tenemos que creer y no en el dios que nosotros nos fabricamos.  Hemos de creer en un Dios amor que nos compromete a todos los que nos llamamos cristianos a que frente al egoísmo y la avaricia de riquezas, compartamos lo que tenemos; frente al orgullo y al odio, perdonemos y seamos constructores de paz; frente a los deseos de poder, seamos servidores.

La fiesta de hoy nos recuerda a todos que al igual que Dios no es un ser solitario, nosotros tenemos que hacer de este mundo una comunidad, una familia, a imagen de la familia de Dios. Ese fue el intento de Jesús. La Familia de Dios, el Reino de Dios.

La soledad, el aislamiento, la desunión, la separación, no están en el proyecto de Dios y se oponen al proyecto de nuestro Dios que es comunión que es familia que es amor.

MONICIONES SANTISIMA TRINIDAD (CICLO B)

MONICION DE ENTRADA:

Acabado ya el tiempo de Pascua, celebramos hoy la fiesta de la Santísima Trinidad.  Es como una llamada a la contemplación de nuestro Dios.  Ese Dios que es el origen y el término de nuestras vidas, ese Dios que se ha hecho hombre como nosotros y nos ha mostrado un amor fiel hasta la muerte, ese Dios que es Espíritu que penetra y transforma nuestro mismo espíritu.

Alabemos, hermanos, la grandeza de nuestro Dios y agradezcamos su amor inmenso para con nosotros.

MONICION A LA PRIMERA LECTURA:

Deuteronomio señala que se conoce a Dios al ser liberados del dolor.  Israel conoció a Dios al ser rescatados de la opresión.  Lo mismo pasará a quien salga de cuanto lo oprime y aprenda a vivir la voluntad de Dios expresada en mandamientos.

MONICION A LA SEGUNDA LECTURA:

Participar de Dios y de su misterio es anhelo al cual aspiran hombres y movimientos religiosos.  San Pablo aclara a los cristianos de Roma que, en su bautismo, se les ha concedido la filiación divina.  Ahora, podemos invocarlo como Padre.

ANTES DEL ALELUYA:

Mateo presenta el encuentro de Cristo con sus discípulos en un monte de Galilea.  Ahí los comisiona recorrer la tierra, llegar a todas las culturas y mostrar que Dios da su amor comunitario a cuantos quieran recibir el bautismo.

Oración universal: A Dios, el Padre de amor, presentemos con fe y confianza nuestras plegarias por nosotros y por todos los hombres.

Responderán diciendo: Padre, escúchanos.

 

-Por la Iglesia de nuestro país, y por todos los que la formamos.  Oremos.

-Por la unidad de todas las Iglesias cristianas.  Oremos.

-Por los monasterios de vida contemplativa, y por los monjes y monjas que viven en ellos dedicados a la oración y a la alabanza de Dios.  Oremos.

-Por los movimientos y grupos de jóvenes cristianos.  Oremos.

-Por la paz y la concordia entre todos los pueblos de la tierra.  Oremos.

-Por los gobernantes y toda nuestra comunidad.  Oremos.

-Por nosotros y por nuestras comunidades cristianas.  Oremos.

-Por los empresarios para que se esfuercen en mantener y crear puestos de trabajo para todos.  Oremos.

Escucha, Padre, nuestra oración y derrama tu bondad sobre el mundo entero.  Por Jesucristo nuestro Señor.

EXHORTACIÓN DESPEDIDA.

Somos un pueblo unido, no individuos solitarios e insolidarios. Ese ejemplo de unidad en el amor, de cercanía, de familia, nos lo da la Trinidad Santa, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Salgamos, también, unidos a proclamar por calles y plazas la esencia y la naturaleza de nuestro Dios.