LA SANTISIMA
TRINIDAD (CICLO B)
Celebramos hoy el
domingo de la Santísima Trinidad. Un misterio central del cristianismo. Dios
es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es Uno y, al mismo tiempo, Tres. Un
misterio que quizá es difícil de entender y de explicar, pues no podemos
concebir cómo se puede ser al mismo tiempo uno y tres. Hay una sola naturaleza
divina y tres personas con esa naturaleza divina. Un solo Dios verdadero y tres
personas.
En la 1ª lectura del
libro del Deuteronomio, Dios se revela como el Dios que viene a
nuestro encuentro, que nos habla, que nos indica el camino seguro para
alcanzar la libertad y la vida; se revela como el Dios que está atento a
nuestros problemas.
A veces, en nuestra
vida, nos sentimos solos y sin saber qué hacer, tenemos dudas, miserias y
problemas. Ante todo esto tenemos que
estar seguros que Dios es y será siempre para nosotros una luz de esperanza
que ilumina nuestro camino y que nos permite afrontar nuestros problemas con
paz y serenidad.
¿En quién y en qué ponemos
nuestra esperanza? ¿En esos dioses que tantas veces nos atraen (el dinero, el
poder, la fama, el reconocimiento social, la moda...), que tantas veces atraen
nuestra atención y que no son, verdaderamente, garantía de vida y de felicidad?
¿Esos dioses nos traen libertad y esperanza o esclavitud?
La 2ª lectura de san Pablo
a los Romanos, nos muestra una vez más que Dios no es un Dios distante
e inaccesible. Hay ocasiones en nuestra
vida que buscamos a Dios y pareciera que no conseguimos descubrir su presencia,
pues incluso en esos momentos, es preciso no olvidarnos que Dios nunca
abandona a sus hijos que ninguno de nosotros le somos indiferente.
El evangelio de san Mateo,
aparece la fórmula trinitaria de nuestro bautismo. Fuimos bautizados en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo.
Pero ¿qué significa el
misterio de la Santísima Trinidad? El misterio de la Santísima Trinidad
significa que Dios es un Padre que ama, Jesús lo llama Padre, que
ama desde siempre y seguirá amando siempre, de Él sólo brota amor.
Dios
es Hijo. Jesús se llama el Hijo de Dios, “El Padre y yo
somos uno”, Él es el eternamente amado antes de la creación del mundo. Es
el Hijo, el que acoge el amor del Padre, es la respuesta eterna a su amor.
Jesús nos dice que Dios es amor compartido.
Dios
es Espíritu Santo. ”Les enviaré mi Espíritu.” Es el Amor eterno entre el Padre
y el Hijo amado. Dios es un misterio de comunión y de amor, un foco de
amor insondable. El misterio de Dios es dar y recibir amor.
En esta festividad de la
Santísima Trinidad hemos de preguntarnos si de veras creemos en este Dios que
es amor, en este Dios que no es un ser solitario sino comunitario, porque a
veces, pareciera que no todos creemos en el mismo Dios.
El ser humano tiene la
tentación de hacerse siempre un dios a la medida de sus intereses y
necesidades, y esto lo hemos conocido demasiado a menudo también los
cristianos. Un dios que apoya al poder inhumano, un dios que justifica la
riqueza de unos pocos, un dios que pide sacrificios, ese dios no es el Dios de
Jesús, sino un ídolo.
Celebrar el Misterio de la
Santísima Trinidad es celebrar a un Dios que es cercano, un Dios
misericordioso, un Dios que toma la iniciativa para amarnos.
En este Dios que nos
describen las lecturas de hoy es en el que tenemos que creer y no en el dios
que nosotros nos fabricamos. Hemos de
creer en un Dios amor que nos compromete a todos los que nos llamamos
cristianos a que frente al egoísmo y la avaricia de riquezas, compartamos lo
que tenemos; frente al orgullo y al odio, perdonemos y seamos constructores de
paz; frente a los deseos de poder, seamos servidores.
La fiesta de hoy nos
recuerda a todos que al igual que Dios no es un ser solitario, nosotros tenemos
que hacer de este mundo una comunidad, una familia, a
imagen de la familia de Dios. Ese fue el intento de Jesús. La Familia de Dios,
el Reino de Dios.
La
soledad, el aislamiento, la desunión, la separación, no están en el proyecto de
Dios y se oponen al proyecto de nuestro Dios que es comunión que es familia que
es amor.