MONICIONES PARA EL III
DOMINGO DE CUARESMA (CICLO B)
MONICION DE
ENTRADA:
Nos
hemos reunido, como todos los domingos, aquí en la Iglesia. Es nuestra casa, la casa de la comunidad
cristiana, la casa de la familia de los hijos de Dios. Es nuestra casa, la casa de la Iglesia,
porque aquí nos reunimos nosotros, con Jesucristo, convocados por Él. Nos lo dirá Él mismo en el evangelio de hoy:
Él es el único templo. Él es quien nos acerca a Dios, Él es la presencia de
Dios entre nosotros.
Por eso,
hemos venido aquí, a nuestra casa, para estar con Jesús, para escucharlo, para
alimentarnos de su vida.
MONICION A LA
PRIMERA LECTURA:
Dios
aprecia del humano el respeto que éste le da a Él o al hombre, su imagen. Al proponer los mandamientos, Éxodo propone
soluciones concretas a los males de la humanidad y sugiere la mejor forma de
encontrar a Dios.
MONICION A LA
SEGUNDA LECTURA:
Para salvar
al hombre, Dios no necesita grandeza o razonamientos sutiles; le basta proponer
a su hijo Cristo crucificado. Algunos lo
aceptan; otros lo toman como razón suficiente para alejarse o lo consideran
¡una barbaridad!
ANTES DE LA
ACLAMACION:
El culto no
es ocasión para vender, comprar o negociar, sino ambiente para buscar y
encontrar a Dios. Por tal motivo, Jesús asegura que su cuerpo (y no el templo)
será, desde ahora, el lugar del culto definitivo que lleva a Dios.
Oración universal: Juntemos nuestras voces en
la oración por todo el mundo y por nuestras necesidades.
Responderán
diciendo: Kyrie, eleison.
-Por la
Iglesia, por todos los cristianos: que en este tiempo de Cuaresma crezcamos en
fidelidad a la Palabra de Dios y nos dejemos convertir por el Señor, que nos
habla al corazón. Oremos.
-Por cada
uno de nosotros: para que nunca antepongamos nada al amor de Dios y de los
hermanos. Oremos.
-Por los
que gobiernan las naciones: para que busquen el bien del pueblo y la justicia
por encima de todo. Oremos.
-Por los
más pobres, por los que más sufren: para que encuentren en Jesucristo elevado
en la cruz la fuerza que los ayude a superar su situación, y en nosotros la
solidaridad activa que necesitan.
Oremos.
-Por los
gobernantes y los políticos para que se dejen guiar por la fuerza y la
sabiduría que viene de Dios. Oremos.
Escucha, Señor, las oraciones de este pueblo
que se siente amado por ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
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