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lunes, 19 de marzo de 2018


VIGILIA PASCUAL (CICLO B)
 

La Iglesia nos invita en esta noche solemne a alegrarnos y a hacer gran fiesta.  ¡Cristo ha resucitado!  Hoy es noche de gozo y de alegría porque Jesucristo ha roto las cadenas de la muerte.  Ya no tenemos que tener miedo porque el Señor es nuestra luz y nuestro salvador y podemos confiar plenamente en Él.
 

En esta noche hemos cantado el Gloria, hemos cantado el Aleluya, la oscuridad se ha convertido en luz, las campanas han anunciado con su sonar la fiesta más solemne.  Es la Pascua, el paso del Señor por nuestras vidas, el paso del Señor de la muerte a la vida.
 

Con la bendición del fuego, hemos pasado de fuera de la Iglesia adentro de la Iglesia, el Cirio Pascual ha entrado procesionalmente con solemnidad a la Iglesia para indicarnos el paso de la oscuridad a la luz, hemos cantado el Pregón Pascual y las lecturas nos han recordado la Historia de la Salvación, el paso del Señor por nuestras vidas, por nuestra historia.
 

En esta gran noche, al igual que el ángel le dijo a las mujeres: “No teman”, a nosotros también se nos dice: “No teman... buscan a Jesús el Crucificado... no está aquí: ha resucitado”.  Esta es la noticia que da sentido a nuestra vida.  La convicción de que Cristo Jesús, aunque no lo veamos, está vivo y que nos acompaña en nuestro camino.  Nosotros como cristianos no seguimos una doctrina, ni a un muerto que existió y fundó un movimiento.  Nosotros creemos y seguimos a una persona que vive.
 

Tenemos esperanza: vivir para siempre y esto no es una utopía, no es un sueño, sino que nuestra esperanza de vivir para siempre se fundamenta en esta noche de Pascua, en la resurrección de Jesús y sus promesas de vida eterna.  Por ello esta noche es la noche gozosa, noche santa, noche iluminada, noche para la vida.  Todos los símbolos de esta noche nos conducen y nos hablan de vida: el fuego, el cirio, el agua, las flores, el incienso, etc.  Todo tiene relación con el misterio de esta noche.  Y el misterio es la Pascua, el paso de Dios entre nosotros para conducirnos a la vida.
 

Cristo es nuestra Pascua.  Cristo es el Dios que ha pasado entre nosotros para salvarnos, es el Dios que ha luchado a favor nuestro, que nos ha liberado de nuestros enemigos, y muriendo, ha vencido a la muerte y nos ha devuelto la inmortalidad.  ¡Cristo es nuestra vida!
 

Cristo ha resucitado para convertirse en el agua que sacia la sed de vida que todos tenemos ante un mundo que nos da tantas y tantas experiencias de muerte.  Cristo ha resucitado para ser también nuestra luz porque gracias a Él podemos ver muchos más allá de lo que ven nuestros ojos. 
 

Hoy, esta noche, Jesús, también, como el fuego, como la luz, y como el agua, a través del signo visible de su resurrección, nos dice que Él es nuestra resurrección y nuestra vida.
 

Que la resurrección de Jesucristo llene de alegría sus corazones, el de sus familias, el de nuestro pueblo, el de nuestros amigos y el de todas las personas de buena voluntad.
 

Hermanos, Cristo ha resucitado y su alegría llena la tierra. Que Él les conceda una alegría duradera en esta vida para que puedan entrar en la Pascua definitiva, en la felicidad que no tiene fin, en la resurrección que Jesús nos ha obtenido a todos los que creemos en Él. Feliz Pascua de Resurrección para todos.

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